El
hígado graso es una patología generalmente benigna que posee unos síntomas -a
veces- claros y un tratamiento a seguir para reducir la grasa en el hígado.
El
hígado graso, comúnmente conocido en el ámbito sanitario como esteatosis
hepática, es una enfermedad generalmente benigna del hígado que se caracteriza
por la acumulación de ácidos grasos y de triglicéridos en las células
hepáticas.

Aunque
también es cierto que existen pacientes que no tienen síntomas, cuestión
peligrosa hasta cierto punto dado que la enfermedad puede evolucionar de manera
silenciosa a estadios más graves.
Hace
algunos años el hígado graso se relacionada con el consumo de alcohol en
grandes cantidades, aunque en la actualidad cada vez son más los especialistas
que relacionan el aumento de personas con esta patología con los altos niveles
de obesidad, de colesterol y triglicéridos
Evolución del hígado graso
Generalmente
el hígado graso es una patología benigna que tiende a no evolucionar a estadios
más graves de la enfermedad.
Una
vez se detecta la aparición de hígado graso (a través de ecografía abdominal),
se deben tomar las medidas necesarias para eliminar esa grasa en el hígado, y
evitar con ello que el hígado graso evolucione a esteatohepatitis (hígado graso
inflamado, aumentado de tamaño), y de ahí a una posible cirrosis y/o cáncer.
Tratamiento del hígado graso
Si
bien no existe un tratamiento definitivo para el hígado graso, las
recomendaciones básicas que se dan al respecto pasan por una reducción de peso
corporal y seguir una alimentación sana y saludable, rica en frutas y verduras.
La
práctica de ejercicio es adecuada en todos los casos, dado que ayudamos a
nuestro organismo a que elimine la grasa sobrante del cuerpo.
Una
buena opción es acudir a un nutricionista que nos aporte una dieta adecuada
para el hígado graso, y que controle el peso que vayamos perdiendo, puesto que
una pérdida rápida de peso está asociada a un mayor daño al hígado.
Lo que SI debemos comer:
-
Frutas y verduras crudas (o en jugos) ricos en vitaminas C (cítricos, fresas,
piña, kiwi, col, perejil…) y A (zanahorias, pimientos…)
-
Hidratos de carbono compuestos como los procedentes en cereales integrales
(trigo, avena, pan integral), patatas, frutas (especialmente las uvas), y
verduras) para que el hígado pueda aumentar su reserva de azúcares
-
Pescados blancos a la plancha o al vapor y algas wakame y espirulina por su
riqueza en vitamina B12
-
Carnes magras a la plancha, asadas sin grasa o al vapor.
-
Alimentos ricos en folatos como las verduras de color naranja y verde oscuro
(zanahorias, tomates, acelgas), el aguacate, el pan de centeno y la levadura de
cerveza
-
Aceite de pescado porque es rico en vitamina K
-
Aceite de oliva virgen, siempre crudo, aliñando ensaladas y verduras, ya que es
un verdadero remedio terapéutico para el hígado.
-
Ensaladas de, rábanos, diente de león, apio, perejil, tomate, cebolla cruda,
pimiento rojo, escarola, lechuga
Con moderación:
-Grasa
saturada de origen animal o vegetal.
-
Huevos (nunca fritos) y salsas o postres que los contengan (mahonesas,
natillas, flan…)
-
Lácteos enteros (es mejor tomarlos desnatados).
-
Café, cacao y otras bebidas excitantes
-
Dulces, pastelería y alimentos azucarados
-
Nueces, almendras, avellanas, aceitunas, mantequilla, manteca, aceite y quesos
muy grasos
-
Pescados grasos
-
Fruta poco madura o verde
-
Col, coliflor, guisantes, espinacas, acedera y tomates.
Lo que NO debemos comer:
-
Bebidas alcohólicas y gaseosas
-
Especias fuertes, especialmente pimienta, clavo, mostaza y vinagre
-
Cocidos grasos y muy condimentados
-
Carne de caza
-
Charcutería y embutidos en general
-
Fritos y salsas grasas
-
Churros, buñuelos, croisants
Incluye en tus ensaladas:
Rábanos. Descongestionan y desintoxican el
hígado al favorecer el vaciado de la bilis. Se pueden añadir crudos a la
ensaladas o tomar cada día un vaso de jugo fresco de rábano, endulzado con
miel, antes de las comidas.
Alcachofas. Tienen un efecto regenerador del
hígado gracias a su contenido en cinarina, un bioflavonoide. Además de tomar
alcachofas como verdura, para gozar de sus ventajas terapéuticas hay que tomar
infusiones de sus hojas y tallos. El jugo fresco de la alcachofa resulta
también muy terapéutico y se puede preparar licuando las hojas y tomando un
vaso en cada comida. En vez de tirar las hojas más duras y los tallos, se puede
preparar una infusión con 100 g de hojas y tallos de alcachofas por litro de
agua. Hay que tomar 3 tazas al día.
Cardo mariano. Contiene una sustancia llamada
silimarina que tiene el poder de regenerar las células hepáticas. Aunque lo
habitual es tomarlo en infusión, o en comprimidos de extracto seco, las hojas
tiernas y sin espinas del cardo mariano se pueden añadir a las ensaladas.
Diente de león. Diurético y depurativo por excelencia,
el diente de león está muy indicado en las insuficiencias hepáticas ya que es
colerético y colagogo a la vez. Sus hojas tiernas se pueden tomar en ensaladas
aliñado con aceite y limón. También se pueden licuar sus hojas y raíces y tomar
3 cucharadas de este jugo antes de cada comida.
Remolacha roja. Ya que aumenta el flujo de bilis y
favorece la eliminación de los productos tóxicos del hígado.
Plan depurativo de 7 días
Ideal
para poner en práctica después de la Fiestas o de una época de muchos excesos
en la mesa.
Comer cada día una ensalada de
zanahorias.
Ralla
con la parte más fina del ralladaor una taza de zanahorias bien lavadas y
rascadas. Alíñala con una cucharada de aceite de oliva virgen y una cucharada de
zumo de limón recién exprimido. Hay
que comer esta ensalada cada día durante 7 días.
Toma dos tazas de caldo vegetal.
Ingredientes:
2 tazas de judías verdes cortadas, 2 tazas de calabacín, 3 hojas de apio, 1
cucharada de mantequilla sin sal, 3 cucharadas de perejil triturado.
Preparación:
cortar las verduras a trozos y poner a hervir hasta que las verduras estén
tiernas y luego pasar la batidora. El caldo debe quedar espeso. Añadir la
mantequilla y el perejil triturado. Condimentar con jengibre, pimienta de
cayena, hierbas aromáticas y ajo.
Bebe
dos vasos de zumo verde cada día
Hacer
una taza de zumo de verduras licuando una verdura cualquiera (espinacas,
perejil, hojas verdes de col o de lechuga, calabacín…). Mezclar a partes
iguales este zumo verde con otro de sabor más suave como zumo de zanahorias,
manzana, tomate o piña. Este zumo como contiene mucha clorofila tiene
propiedades depurativas para la sangre y el cuerpo en general. Pero los zumos
verdes no deben tomarse nunca solos y concentrados porque resultan demasiado
fuertes y pueden irritar la garganta.
. Bebe 1 vaso de zumo de remolacha
Los
dos primeros días se toma un vaso pequeño y luego se va aumentando gradualmente
la dosis hasta llegar a tomar un vaso de unos 100 ml. Si se empieza desde el
primer día tomando una cantidad grande el organismo se desintoxica demasiado
rápidamente y no es bueno.
. Tomar cardo cada día
El
cardo contiene una de las más potentes sustancias depurativas y protectoras del
hígado. Se trata de la similarina, una sustancia que estimula la función
hepática e inhibe los factores nocivos del hígado. Esta sustancia previene los
daños provocados por los radicales libres gracias a sus propiedades
antioxidantes.
. Evita todo tipo de bebida alcohólica
. Evita los alimentos dulces y
especiados.
(Artículo publicado en el quincenario EL TALLÁN
INFORMA, Año VII - Edición Nº 82 - Sullana, julio del 2013)
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