Por: Manuel Purizaca Arámbulo
Qué
hubiera sido sin ti, Señor de los Milagros
si en los momentos más apremiantes
nuestros propios hermanos
nos abandonaron.
Qué
hubiera sido sin ti, Señor de los Milagros
que, al partirse en dos,
el corazón de nuestro pueblo,
la vida misma se nos iba.
Nuestras
viviendas destruidas
nuestros años de trabajo
junto con cuerpos inertes
arrastrados por las quebradas
todo era muerte y desolación
Qué
hubiera sido sin ti, Señor de los Milagros
de los pobres, los desamparados
y los que carecemos de influencia,
durante el vía crucis
de las lluvias sin tu ayuda,
ni tu intervención
Qué
hubiera sido sin ti, Señor de los Milagros
cuando el “SATÁNICO” VIRUS-19
calcinaba miles de vidas,
y en cenizas encerrados,
en una tétrica URNA,
sin decirnos el último Adiós.
O los
cuerpos esparcidos
por las sólidas calles,
vistos con espanto y sin compasión.
Qué
hubiera sido sin ti, Señor de los Milagros
si tú también como ellos
nos hubieras abandonado.
Es por
eso Señor de los Milagros
en este calvario de muerte y destrucción,
extiende tu bendita mano
y conduce a tu pueblo por la senda
del desarrollo y la reconstrucción.
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