Por Carlos Flores Lizana (cflizana@gmail.com)
Parto este tema de un dato que nos deja profundamente
preocupados. Dentro de los estudios sobre logro de metas a nivel universitario
dentro de la escuelas y facultades donde estudian la mayoría de los jóvenes
peruanos, es decir de las casi treinta universidades nacionales que hay en el
territorio peruano, de cada 100 estudiantes que ingresan menos de diez se
llegan a graduar como profesionales. ¿Qué significa esto? Que los peruanos y
las universidades no son instituciones exitosas, por el contrario y en pocas palabras
es “un mal negocio”. Pero si analizamos lo que esto significa la cosa se pone
peor porque en el fondo quienes pierden no solo son los estudiantes que no
terminan su carrera y por lo tanto no podrán conseguir un buen trabajo porque
no tienen “todos sus papeles”. Perdemos también los padres de familia que con
tanto sacrificio les ayudamos a nuestros hijos a ingresar a la universidad,
procuramos que tengan lo necesario para estudiar, etc. Renunciando muchas veces
a proyectos personales y hasta a necesidades básicas como la salud y la alimentación.
Pero si seguimos profundizando en el asunto podemos decir que este mal negocio
lo pagamos los docentes que trabajamos en las universidades y también todos los
que con nuestros impuestos contribuimos con nuestro impuestos para que las
universidades nacionales tengan sus presupuestos adecuados y a tiempo.
Dentro de los estudios sobre este tema los investigadores
coinciden en que las causas de la deserción universitaria son múltiples pero
que lo importante para nosotros es que se pueden prevenir y superar. Cuales son
esas causas por las que nuestros hijos no llegan a conseguir sus metas que también
son nuestras? Dentro de las principales esta la mala elección de la carrera,
esto porque no hay suficientes personas
que les ayuden a escoger o quizás mejor
a descubrir qué cualidades tienen y en qué carrera pueden desarrollar
plenamente esas potencialidades que todos tenemos dentro. Esta no claridad de
partida es fundamental para mantener el interés y la fortaleza para superar
todas las dificultades que se puedan presentar a lo largo del camino. La
segunda causa se debe a que los padres fallan en el apoyo económico que deben
tener durante toda la carrera. Esta falla puede venir por la pérdida repentina
del empleo del padre o la madre, un fracaso económico de la empresa de donde se
sustenta la economía familiar, la separación de los padres o finalmente una enfermedad
grave o la muerte de uno de los padres. La tercera causa son las relaciones
sexuales prematuras entre los estudiantes que muchas veces terminan en
embarazos no deseados y paternidades menos deseadas aun por parte de los jóvenes que de un día para
otro tienen que asumir compromisos para
los que no están preparados. Una cuarta causa, señalada y hoy también muy
frecuente, es la incapacidad de responder
al ritmo académico por llevar una vida de juergas y vida social
desenfrenada. Esto es realmente preocupante ya que por esta causa muchos
estudiantes van dejando de asistir a clases, quieren comprar notas, copian
trabajos de otros compañeros para salir del apuro y van entrando en un callejón
sin salida. Esto puede durar un tiempo pero si no hay quien les haga caer en la
cuenta y les de unos buenos y firmes consejos, no salen de hueco, por el
contrario pierden cursos y semestres. Hace algunos años atrás otra causa de era
el exceso compromiso con las actividades
políticas de los distintos partidos que no dejaban de invitar a participar a
los estudiantes. Hoy esto realmente no es problema por el contrario se extraña
en el buen sentido una formación cívica, ciudadana y política para que muchos
jóvenes, precisamente puedan superar el individualismo salvaje en el viven y se esfuerzan.
Para terminar este pequeño pero importante diagnostico
podemos decir que la tutoría
universitaria debe ayudar y servir para que los jóvenes que empiezan su
carrera sean capaces de superar esta
serie de vallas típicas de todo vida de estudiante universitario. Hoy muchas
universidades no tienen este servicio tan importante o si lo tienen no cuentan
con personas preparadas académica y moralmente. Dentro de mi experiencia en
este terreno pude ver varias maneras de implementar este servicio y todas ellas
están concebidas como una tarea de todos los docentes pero sin dejar de que
hayan personas especializadas en dirigir esta oficina que puede tener distintos
nombres.
Termino
preguntándome ¿hoy las universidades que tiene sede en nuestro Sullana, o en el mismo Piura, tienen
este servicio?¿Quiénes son los responsables y como lo dan? ¿Cuáles son los
efectos de su implementación, carencia o insuficiencia en los términos de logro
de metas que arriba indicábamos? La pregunta esta hecha para nosotros los padres de familia como para las autoridades de quienes depende la decisión para su implementación
de manera urgente y eficiente.
(Artículo
publicado en el quincenario EL TALLÁN INFORMA, Año VII - Edición Nº 77 -
Sullana, marzo del 2013)
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