Transportistas están de acuerdo con la reubicación
pero con una adecuada planificación
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El actual alcalde y
sus regidores, que por el hecho de haber sido elegidos con 30% de votación,
piensan que una vez que ejercen la autoridad, les da derecho a realizar lo que
les da la gana, amparados en el poder que ostentan.
Según la precaria
democracia que se ejerce en el país, las autoridades
son elegidas PARA SERVIR AL PUEBLO y no servirse del cargo que adquieren en
favor de grupo o personal, como así lo demuestran en todas las gestiones
municipales.
Si la autoridad
municipal tiene claros estos conceptos, el alcalde viajero ha debido ordenar
que se considere convocar a la sociedad civil, antes que a nadie, para dialogar
y buscar alternativas referentes, en este caso, a la reubicación de los
paraderos de transporte interprovincial, de tal manera que los usuarios no se
perjudiquen en su economía, tengan garantías y seguridad en la nueva ubicación
del terminal terrestre y también que los transportistas brinden un mejor
servicio.
El alcalde Carlos
Távara no ha considerado que la civilidad es el primer motivo a ser considerado
en esta decisión de trasladar al transporte interprovincial a un lugar
inhóspito, que no reúne las seguridades ciudadanas y de tránsito. Hay que
hacerle recordar al alcalde y sus regidores, que son casi 35,000 personas que
se desplazan diariamente en el servicio de transporte interprovincial y que con
el pago del pasaje respectivo, el usuario solventa impuestos para la
municipalidad a través de las empresas de transporte, es el usuario el que paga
el peaje, es el usuario que garantiza la existencia de las empresas de
transporte y que muchos de esos usuarios permitieron que Távara sea el actual
alcalde.
Sin embargo, el
alcalde muy mal asesorado por la incapacidad de sus regidores y funcionarios,
pretende este miércoles 6 de abril aplicar una ordenanza fustigando la
inmediata reubicación de las empresas de servicio interprovincial a un espacio
ubicado al costado de plaza Real, terreno de propiedad de esta empresa privada,
amparándose en que las casi 150 unidades que ejercen el transporte de
pasajeros, vienen deteriorando las pistas de la ciudad, pistas que si se están
dañando no es por el tránsito de estas pesadas unidades, sino por la mala
calidad de las obras ejecutadas en esta gestión y en las anteriores.
Que se tengan que
reubicar los paraderos de estas empresas fuera del casco urbano, eso está muy
bien. Lo que está mal es la forma y desesperación de la reubicación en pleno
período lluvioso, que indudablemente el gran afectado es el usuario que tendrá
que ir a un lugar que afectará su economía familiar, que correrá el peligro de
atravesar las peligrosas vías de la Panamericana y de Tambogrande donde no
existe ningún control de tránsito, como semáforos y señales adecuadas, que el
usuario estará a expensas de los mototaxistas y la inseguridad ciudadana y por
si fuera poco, el lugar indicado como nuevo paradero se convierte en una
extensa zona de barro y lagunas, como se puede observar con la lluvia moderada
de los días 2 y 3 de abril.
Los transportistas
vienen reclamando reuniones desde la anterior gestión y todo el año 2015 con
Távara, sin lograrlo. El alcalde, que no entiende lo que es el principio de
autoridad, en un momento de diarrea cerebral, ha ordenado que se reubiquen las
empresas de transporte y punto. Ha ordenado que la maquinaria nivele el lugar
por dentro y fuera y que los transportistas construyan patios, oficinas,
embarcadero, baños y otros para comodidad de los usuarios, en un terreno que no
es de su propiedad, en un contrato de solo 6 meses firmado con los plaza Real,
donde los transportistas se han negado a invertir y, menos por el uso de solo 6
meses del llamado nuevo terminal elaborado en el cerebro del alcalde.
Por otro lado se
desconoce las gestiones municipales con las empresas de servicio urbano de
pasajeros, empresas éstas, que deben ser consideradas para que amplíen sus
rutas hacia el terminal terrestre para dar facilidades al usuario y que no se
vea perjudicado en su economía.
Extraoficialmente,
según comentarios de los mismos socios, los transportistas agrupados en el
Frente de defensa de transportistas interprovinciales del Chira, vienen
procesando la posibilidad de organizar un paro indefinido para hacer prevalecer
sus derechos y los de los usuarios. Los transportistas están de acuerdo en la
reubicación fuera del casco urbano, pero ellos están solicitando se les otorgue
el terreno del ex campo ferial, pedido que lo vienen oficiando desde la gestión
anterior con Camino Calle y la actual, sin lograr una respuesta. En este
aspecto no es obligación de la municipalidad entregar dicho terreno. Desconocemos
las intenciones del actual alcalde del uso que se le dará a este terreno del ex
campo ferial. Este terreno debe ser destinado para uso de interés público con
una infraestructura adecuada y no un simple terminal terrestre y que sería a su
vez utilizado como depósito de los ómnibus y a la postre convertido en un
corralón de mecánica y depósito de chatarra, imitando los malos ejemplos.
En resumen, no hay
capacidad edil para lograr consenso y todo quieren hacerlo a la fuerza. Por
ejemplo no hay plan regulador de rutas que requiere la ciudad hace años y que
es vital para este caso del “nuevo” terminal terrestre.
No hay seguridad de
tránsito en la zona destinada al “nuevo” terminal terrestre, esto es
semaforización en las vías Panamericana y Tambogrande que brinde tranquilidad
al usuario, transportistas urbanos y al mismo mal necesario como son los
mototaxistas. Dicen que para poner un semáforo en las vías a Tambogrande y
Panamericana, se requiere permiso del ministerio de Transportes, lo cual
resulta inadmisible, porque las necesidades de la población son urgentes y a la
burocracia estatal les importa un bledo los requerimientos de esta zona urbana.
En Piura, la Panamericana ha sido señalizada con semáforos y ¿por qué no hacer
lo mismo en Sullana?.
La autoridad
municipal debe convocar a todos los actores de esta problemática, la civilidad
organizada, transportistas urbanos e interprovinciales quienes han de aportar
alternativas al plan de reubicación del nuevo terminal terrestre presentado por
la autoridad municipal para su mejor aplicación. Lamentablemente la comisión de
transporte de la municipalidad no tiene absolutamente ningún plan y por la fuerza quieren imponer un proyecto
sin pies ni cabeza que perjudica enormemente a casi 35000 usuarios que a diario
transitan por las vías interprovinciales que unen a Sullana con ciudades
cercanas. (LFAA)
LINK: ¿SEGUIRÁN TRANSITANDO POR LA “JOSÉ DE LAMA”?
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