La novela “La Tregua” genera supuestos que pueden forjar reflexión en aquellos
semejantes que bordean los 50 años y que con la estupenda dramatización de actores
como Nerit Olaya y Natalia Montoya fragua lágrimas en más de un asistente sea
hombre o mujer.
Natalia Montoya Nerit Olaya en la actuación de la obra teatral La Tregua |
La
Tregua (Mario Benedetti)
Esta
novela, escrita en forma de diario, cuenta la historia de un hombre común y
corriente, viudo y con tres hijos mayores, burócrata de oficina que, a punto de
jubilarse, encuentra en el amor de una muchacha joven la felicidad que la vida
le había negado por muchos años.
Mario Benedetti |
Durante
este primer mes del diario, Martín describe su trabajo rutinario, la relación
con sus hijos y ciertos encuentros con viejos amigos, como el encuentro con
Mario Vignale, un antiguo compañero de la escuela a quien solían molestar en la
escuela y apodar el Adoquín. Vignale reconoce a Martín de inmediato, pero éste
no le recuerda bien, sin embargo, Mario lo invita a tomar un café y le pregunta
sobre Isabel, el primer recuerdo de su esposa que aparece en el diario. Martín
recuerda el cuerpo de Isabel, sus gestos y manías, pero a veces le cuesta
trabajo recordar con precisión su rostro. Él tenía 28 y ella 25 cuando murió.
Recuerda el fuerte deseo sexual entre ellos y cómo tras su muerte, él se
convirtió en un ser automatizado con un trabajo rutinario.
El
27 de febrero, tres nuevos empleados entraron bajo el cargo de Santomé: Alfredo
Santini, Rodolfo Sierra y Laura Avellaneda. A esta última la describe siempre
como Avellaneda, a quien no considera una preciosura, pero pasable cuando
sonríe.
A
partir del mes de marzo, Martín se da cuenta que su empleada Avellaneda es
inteligente, trabaja bien, un poco nerviosa e inexperta, pero le gustan sus
piernas, los lunares en su cara. Con sus hijos varones tiene enfrentamientos.
Jaime le aclara que a estas alturas ya ninguno tiene remedio….
El desenlace Ud. lo conocerá
asistiendo a la adaptación teatral de la novela “La Tregua”, de Mario Benedetti
que será presentada en la Pinacoteca municipal de Piura los días 22, 23 y 24 de
enero
1 comentario:
LA TREGUA, el espectáculo teatral que está presentando Nerit Olaya en el CAFAE-SE, es un muy especial acierto de adaptación que produce para la escena una historia profundamente conmovedora y con mucho qué decir.
El acierto de Olaya está en arriesgarse a usar la mejor --quizás la única-- forma de adaptar al género dramático ese famoso texto de Mario Benedetti. Nerit pone en escena una especie de testimonio dramatizado, mezcla de narración oral y dramatización, que absolutamente da en el clavo, casi reproduciendo para el público teatral la experiencia de la novela.
Esa misma noche, después de la función en el CAFAE, me puse a ver la película argentina basada en la novela. Un fiasco. La película convierte el conmovedor periplo emocional del protagonista en un simplón melodrama, perdiendo totalmente la fuerza y profundidad del original. ¿Qué pasó?
Pues que los cineastas se olvidaron --o no supieron reconocer-- el fuerte efecto emocional que produce un 'diario íntimo' al revelarnos los más profundos pensamientos y sentimientos de quien lo escribe. En la novela LA TREGUA este recurso nos acerca al protagonista como ningún otro planteamiento podría hacerlo --no, ni siquiera 'nos acerca' simplemente: el diario íntimo nos 'mete dentro' del protagonista.
Olaya respeta ese recurso de Benedetti y lo reitera para la escena: la adaptación también es un 'diario íntimo' del protagonista que va compartiendo con nosotros el día a día de su más íntimo mundo interior --y también, por cierto, todo lo que le sucede.
El resultado conmueve y revela mucho. Sobre todo si uno es un hombre de más de cincuenta años... o una mujer de algo como treinta. Sobre todo si uno está enamorado... o lo ha estado alguna vez. Y también, por supuesto si uno ha leído la novela o es fan de Benedetti. O, para tal caso, de nuestro valioso Nerit Olaya.
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