sábado, 27 de abril de 2013

PIURA: 25 MIL PERSONAS TIENEN SORDERA PARCIAL POR RUIDOS URBANOS

Los dos únicos sonómetros de la región, en manos de la comuna piurana, están inoperativos. Autos y negocios exceden límites acústicos
El 5% de piuranos, es decir aproximadamente 25 mil personas, sufren hipoacusia, o disminución del nivel de audición por efecto del ruido, según mediciones de la especialidad de otorrinolaringología del hospital Santa Rosa.
Esta pérdida parcial del oído se ha visto incrementada por la contaminación sonora generada por vehículos y negocios nocturnos.
“En el hospital Santa Rosa poseemos un equipo de emisiones otacústicas con el que hemos determinado que nueve de cada cien niños tienen problemas de audición”, dijo Gino Cornejo, experto del centro de salud.
El médico precisó que, en la región, entre 12% y 18% de la población mayor de 45 años padece un nivel alto de hipoacusia o de cofosis (sordera total).
El especialista hizo hincapié en la importancia de la prevención y del control del ruido ambiental, pues los sonidos que superan los 90 decibeles (dB) son perjudiciales.
Estos pueden producir pérdidas auditivas, problemas cardiovasculares y males psicológicos, como el aumento de la irritabilidad.
Para el director de la Escuela de Medicina de la Universidad César Vallejo, Manuel Castro, estas cifras responden a un descuido municipal respecto de la medición continua y al control de los agentes que emiten ruidos que superan los 70 dB, límite superior deseable para el ser humano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Los lugares de confluencia del tránsito, las discotecas y el aeropuerto deben ser monitoreados”, dijo.  

ORDENANZA INCUMPLIDA
En la provincia de Piura, el control sonoro se sustenta en la Ordenanza Municipal 095-2012-CMPP, la cual establece que el funcionamiento de establecimientos industriales colindantes a viviendas no podrá producir ruidos que excedan los 69 dB entre las 7:01 a.m. y las 10 p.m., y los 50 dB, de 10:01 p.m. a 7 a.m. Esta norma se ha incumplido durante el primer trimestre del 2013, sin que la comuna pueda hacer algo al respecto, debido a que los equipos de medición sonora están fuera de servicio, según el gerente municipal de Población y Salud, Wilfredo Rodríguez Sandoval.
“Tenemos dos sonómetros que necesitan ser calibrados. Eso no es posible, ya que este trabajo lo hace en Lima el Indecopi, pero ellos tienen averiado su calibrador. Esperamos tenerlos calibrados el próximo mes”, refirió el funcionario. Mientras tanto, la comuna de Castilla nunca ha podido mitigar los efectos negativos sobre la salud auditiva, ya que ninguna gestión se preocupó por adquirir sonómetros. 

NO SE CONTROLA EL USO INDEBIDO DEL CLAXON
El jefe de la Policía de Tránsito, comandante PNP Práxedes Rosillo, señaló que se ha detectado contaminación sonora en las zonas donde existen problemas de tráfico.
“Son críticas las intersecciones de las avenidas Ramón Mugica con A. Avelino Cáceres, Sánchez Cerro con Mártires de Uchuraccay y Gulman, así como el frontis del centro comercial Open Plaza y de la UNP”, expresó. El oficial agregó que, en lo que va del año, ninguna municipalidad ha solicitado apoyo policial para realizar operaciones contra el uso indebido del claxon. 
 
LO ÚLTIMO
Niveles
En zonas de protección especial se permite un máximo de 50 decibeles (dB) en horario diurno y 40 dB en la noche. En zonas residenciales se permite 60 dB y 50 dB.
Mediciones
El umbral del dolor del oído se produce con una intensidad de 120 dB. El despegue de un avión es de 140 dB.
Equipos escasos
La comuna piurana es la única en la región con sonómetros.
Sanciones
En la última intervención contra establecimientos que incumplían la OM 095-2012, la comuna piurana sancionó a 12 restaurantes, pubs y discotecas. En todos los casos superaron los 95 dB.


¿Cómo será en Sullana?
En las zonas de los mercados, en el pasaje Enrique Palacios, en las calles Tarapacá, San Martín José de Lama los ruidos de los negocios y mototaxis son insoportables.
Muchos mototaxis cieculan con equipos de sonido con volúmenes muy altos o cuando se estacionan en las esquinas en paraderos que ellos mismos designan, algunos están con sus equipos con volúmenes prohibidos perjudicando al vecindario. Ni siquiera entre ellos que están "organizados" en asociaciones, son capaces de controlarse.
Las gerencias de medio ambiente y de transito vehicular no intervienen en esto.
La policía no interviene mientras no lo ordene la autoridad municipal.