viernes, 23 de septiembre de 2016

¡SORDOS Y MUDOS!

En el primer gobierno del alcalde Jorge Camino sucedió un terrible accidente, cuando la imprudencia de un mototaxista intempestivamente, en plena Panamericana a la altura del puente construido sobre el canal vía, da la vuelta en “U” encontrándose con una enorme cisterna proveniente de Talara que arrolla al pequeño vehículo y a su vez el vehículo se voltea cayendo sobre una camioneta “datsun” y provocándose la muerte instantánea de 6 personas de los 7 que venían en los vehículos. Solo se salva el conductor de la cisterna. A raíz de este accidente, el alcalde decreta una resolución prohibiendo el tránsito a los mototaxistas, norma que no es respetada por los conductores de estos vehículos y que la policía no aplica el control, sea por desconocimiento o por interés propio pues porque muchos de estos servidores del orden son propietarios de estas unidades.
Esto nos hace recordar que, en el tramo de la Panamericana comprendido entre el cruce con José de Lama y el cruce con la carretera a Tambogrande, por accidentes de tránsito han fallecido no menos de 30 personas en los últimos 15 años.
El asunto se agrava desde hace unos tres meses atrás cuando el actual gobierno municipal prohíbe el tránsito de los ómnibus de la ruta Sullana Piura por la reciente medio reparada avenida Lama y como resultado, EPPO pone en funcionamiento un terminal ubicado al lado izquierdo de la Panamericana a pocos metros del puente antes mencionado y los ómnibus de GECHISA se instalan atrás del conocido ex almacén de la cervecería Cristal, todo lo cual ha congestionado enormemente el tramo comprendido entre el óvalo “Tallán” y el cruce de la Panamericana con el inicio de la autopista Sullana-Piura.
GECHISA ha adquirido el local de la cervecería Cristal hace 15 días y así como está el almacén pretendieron ponerlo en servicio a lo cual la autoridad municipal dijo no, que primero deben acondicionarlo.
Al parecer la autoridad municipal no le ha concedido a EPPO el permiso solicitado, pero sigue funcionando en su nuevo terminal y todo hace indicar que tampoco se le concederá a GRCHISA.
Por si fuera poco, en el lugar están ubicadas las empresas de transporte que van al sur y norte de país, habiendo enorme congestión en las horas punta.
Lo preocupante del caso que en el tramo comprendido en el cruce de la calle Hilarión con Panamericana está demasiado congestionado sin que las autoridades normalicen el tránsito en este punto para evitar accidentes. Ni siquiera hay un policía de tránsito para castigar las barbaridades que ejecutan algunos conductores de los ómnibus de rutas nacionales. Es más, muchas líneas de colectivos están utilizando la Panamericana para llegar al paradero de la ruta a Piura, cuando lo más aconsejable es que transiten por las calles Santa Ana o El Carmen paralelas a la Panamericana lo cual también descongestionaría el tránsito. Para incrementar el caos, muchos usuarios utilizan esta nueva ruta para subir o bajar de los colectivos en plena Panamericana y los colectiveros, pues por necesidad prestan el servicio.
No entendemos hasta ahora por qué al menos no se ha ubicado un juego de semáforos en este lugar lo cual controlaría enormemente el tránsito y protegiendo a los cientos de peatones que utilizan el lugar. Hace un par de meses alguien en coordinación con funcionarios de la municipalidad trataron de poner semáforos en este lugar, pero inmediatamente la autoridad municipal los hizo retirar aduciendo que no había orden para tal fin.
No se sabe si se otorgarán los permisos a EPPO y GECHISA, pero ellos siguen brindando el servicio en el lugar y parece que no están dispuestos a irse de los lugares que ellos han dispuesto. Aquí el alcalde no tiene autoridad y sobre los regidores, bien claro lo ha dicho el abogado Luis Garnique: “Son sordos y mudos” (Ver edición anterior).
Ojalá que el alcalde y sus regidores hagan presencia y constaten que lo que aquí se dice es la verdad y elaboren las normas necesarias para el bien de todos quienes utilizan estos servicios, sean los transportistas provinciales y nacionales, los mismos los mototaxistas, taxistas, colectiveros y fundamentalmente la ciudadanía que mueve estos servicios.
Lástima pues que el alcalde, sus regidores y funcionarios desconozcan está realidad porque ellos andan en los vehículos municipales, que se mantienen por los impuestos que les sacan a los ciudadanos.
(Editorial publicado en la revista El Tallán, edición 111 mes de setiembre del 2016)