sábado, 4 de agosto de 2012

¿CUÁL ES LA VERDADERA FORMACIÓN UNIVERSITARIA EN EL PERÚ?

      La pregunta formulada en nuestro editorial es  importante como para no tomar posición frente a lo que esta pasando en nuestro país. Me refiero al tema de las universidades en proceso de acreditación. Hace apenas un par de meses en el país hermano del Ecuador el presidente Correa intervino alrededor de 13 universidades por no presentar las condiciones para seguir formando profesionales, es decir no estar acreditadas por el órgano oficial. Este buen ejemplo nos ha puesto en el caso del Perú estar atentos  a lo que vemos pasar en Universidades que tienen sede en nuestra Región, nacionales y en especial las particulares.
 Algunas carreras no están acreditadas es decir que no han cumplido con las normas y estándares que requiere para funcionar y titular a nombre de la nación, en sencillo que los títulos que dan no son totalmente legales y posibles convalidaciones con otras universidades y por supuesto a nivel internacional. Este dato ya es grave porque las garantías académicas no están dadas y legalmente no están funcionando con pleno derecho. Para algunos especialistas es una verdadera estafa a los estudiantes y los padres de familia.
Un segundo conjunto de datos que muestra otro aspecto del problema es que muchos de los docentes que enseñan en estas universidades  no son docentes a tiempo completo, son profesionales egresado universidades  pero que tienen como segundo y hasta tercer empleo la universidad. No se dedican a estudiar y preparar sus clases y por lo tanto los estudiantes sufren las consecuencias de estos docentes “al paso”. Hay los que vienen de Piura y salen corriendo para sus otros empleos, faltan constantemente y al final del semestre “arreglan la cosa” con los estudiantes que muy fácilmente seden a las condiciones y terminan con notas que no reflejan la realidad y   avalados por autoridades sin mucha calidad moral y  académica. Al final se les dice “paga no mas “… y se arregla todo.
Los alumnos que salen así de estas universidades, que no están  en los mínimos lugares de los rankings nacionales y no aparecen evidentemente en los internacionales, son y serán profesionales que al ponerse a trabajar se constituirán en una amenaza para las instituciones en las que se desempeñen y para la sociedad que pondrá su confianza en falsas capacidades. Nos damos cuenta que el bajo nivel académico viene de los mismos alumnos que han hecho una educación básica mediocre o mala, de  docentes que dan una tercera o en el mejor de los casos medio tiempo, de la casi inexistencia de laboratorios y biblioteca adecuadas, y de la falta de control y sanción de las instancias competentes, etc.
Un tercer conjunto de malas prácticas son las relacionadas a fiestas que se organizan en los locales propios o alquilados pro fondos para cubrir necesidades que debían ser atendidas con los ingresos que reciben de las pensiones. Se hacen rifas, colectas internas obligatorias hasta para comprar los adornos de navidad o pagar la fiesta del cumpleaños de algún pariente del director local o central. Este tema del mal uso de los beneficios para la actividad privada en la educación universitaria, precisamente fue comentado y denunciado por uno de los Amautas recientemente nombrados en una entrevista hecha pública, el sacerdote jesuita Jesús Herrero, exdirector nacional de Fe y Alegría y miembro del Consejo Nacional de educación.
Para terminar nuestra preocupación es  que esta clase de universidades no las podemos seguir tolerando por el bien del país y la región. Simplemente están mal académica y moralmente. La Asamblea Nacional de Rectores tiene que conocer esta problemática, como padres de familia  y autoridades tenemos que intervenir para que esta estafa no  continúe. El buen ejemplo del país vecino en este caso lo tenemos que imitar si no queremos ser cómplices de algo inaceptable.
(Artículo publicado en el quincenario EL TALLÁN INFORMA, Año VI - Edición Nº 67 - Sullana, segunda quincena de julio del 2012)