La edición Nº 72, entre otros temas incluye una polémica entrevista con el escritor Jorge Castillo Fan, a raíz de la publicación de su libro titulado “Sol del Verbo”, Poesía y narrativa del norte. Aquí la entrevista:
Palabras inevitables de un poeta fan...
Jorge
Castillo Fan es, sin duda, en la actualidad, el poeta regional con más alto
nivel poético. Radica en la capital del Perú. Poemas suyos así, como estudios
realizados a su obra poética difundidos en diversos canales de arte, literatura y comunicación social de
América y Europa. Son prueba irrefutable de ello.
En
setiembre del presente año, la aparición de su libro: “Sol del Verbo” causó
revuelo en el medio cultural, no tanto por los literatos seleccionados en dicha
antología, como por la implacable denuncia que hace a reconocidos escritores de
la región, en la mayor parte de su prefacio titulado: Palabras inevitables.
En
una de las apariciones fugaces del poeta en la ciudad de Piura, el director del
quincenario “El Tallán” no quiso dejar pasar la oportunidad y me confió hacerle
una entrevista con respecto a sus rotundas afirmaciones.
Nos
encontramos en la plazuela Grau. Nos saludamos con caluroso abrazo. Se le
notaba sereno, su mirada infundía rectitud. Conversamos de algunos temas de
actualidad, hasta que en un momento determinado apunté directo al libro en
mención; no obstante, estar falto de
tiempo, me permitió hacerle algunas preguntas al respecto que reafirmaron la
acusación en cuestión y para nada, pienso, que apaciguaran la marea generada:
El Tallán (E.T.): Una antología literaria aparece ante la
necesidad de proyectar los valores culturales de un pueblo, región o país.
Paralelamente, pretende poner en relieve la obra individual de cada antologado;
en este caso, los de la región norte. ¿Sientes satisfecha esa necesidad en tu
reciente libro Sol del Verbo?
Jorge Castillo Fan (J.C.F).: Obviamente. Aunque
Sol del Verbo es la primera entrega. Habrá una segunda y, tal vez, una tercera.
Hubo autores que por alguna u otra razón no aparecieron en este libro. Sol del
Verbo es una muestra, detesto la palabra “antología”.
(E.T.): Se ha dicho que la verdad es relativa; por tanto,
nadie la posee. ¿Estás de acuerdo con esta enunciación? De no ser así, ¿cómo lo
explicarías y aplicarías dentro del quehacer literario?
(J.C.F.): La verdad es una entidad cuya existencia es
independiente de lo que tú y yo pensemos. La verdad es tirana y le importa un
cuesco lo que nosotros podamos creer. Ella está ahí, impertérrita, ajena a las
emociones que pueda producir en nosotros, indiferente a nuestras afirmaciones,
dudas o negaciones. De ahí que hablemos de axiomas. Cuando alguien dice una
verdad, no es porque le pertenece, porque es “suya”, sino que apenas es un
portador de ella. Una verdad sólo es relativa cuando se trata de la visión
parcial de una verdad mayor, es decir, la parte de un todo. “Fujimori es un
asesino” es una verdad en sí misma, y tal verdad no existe porque yo lo acuse,
o deja de existir porque Nakasaki o el masturbador de perros o ese escudero
ciego de apellido Aguinaga se arranquen los pelos negándola.
La
Literatura no es una ciencia exacta y, sin embargo, existen consensos que
establecen una verdad. ¿Quién podría negar que César Vallejo sea un poeta
mayor? Sólo los indoctos, los insensibles, los idiotas, los frívolos o los
envidiosos, que, juntos, son como la arena del mar. No obstante, el juicio de
estos carece de autoridad, por su misma condición de extraños a la Poesía.
(E.T.):
En “Palabras inevitables”, prefacio a Sol del Verbo, explicas de manera
contundente la diferencia entre fama y celebridad; además, indicas nombres de
algunos famosos de nuestra tierra. Sin embargo, no precisas los de los
célebres. ¿Podrías nombrar algunos y
sustentar en qué radican sus virtudes para considerarlos como tales?
(J.C.F.): Las conversaciones que hemos sostenido entre
artistas -escritores y pintores, fundamental- mentenos han servido, entre otras
cosas, para distinguir y celebrar el
valor de algunos autores, aunque también para reírnos de las torpezas de otros.
No voy a poder citar a todos, pero en esa intersección de juicios de valor
hemos coincidido que Miguel Gutiérrez, Cronwell Jara y Víctor Borrero tienen
una obra muy significativa; en poesía siempre hemos celebrado a Juan Luis Velásquez,
Armando Rojas, Eduardo Urdanivia o Lelis Rebolledo. Pero tenemos autores más
jóvenes cuyo encumbramiento no se deja esperar.
(E.T.): En el ejercicio de la Literatura es obligatorio
el componente ético para crear una verdadera obra de arte. ¿O es posible que un
escritor, sea éste poeta o narrador, alcance la celebridad prescindiendo de él?
(J.C.F.): Tendría que haber un consenso en torno a lo
que significa ética entre los escritores. En esta diáspora babélica en la que
vive la sociedad universal, todo el mundo trata de esgrimir una suerte de
“ética personal”. Pese a todo, aún subsisten algunos principios fundamentales,
una especie de ética natural. Creo que lo ético en Literatura sería no borrar
con nuestras ideas, actitudes, acciones y omisiones nuestro discurso literario.
Quiero decir que en Literatura lo ético vendría a ser la coherencia.
(E.T.): ¿No crees que las denuncias que haces en Sol del
Verbo conlleven a pensar a los lectores y escritores nóveles que estamos ante
una mafia que, cual noria viciosa, acapara en nuestra región toda suerte de
proyectos, concursos y/o actividades culturales, donde los ganadores u
homenajeados son designa- dos por ellos mismos?
(J.C.F.): Es muy probable. Por lo demás, en todo
espacio existen mafias. Lo importante es ponerle el cascabel al gato. Lo
importante es no ser cómplices ni por comisión ni por omisión. No debemos
esperar sólo el fuego del infierno para estas mafias: hay que combatirlas.
E.T.: En “Palabras inevitables” viertes graves
acusaciones a conocidos escritores y editores norteños. ¿No crees que ellos
puedan demostrar inocencia ante las acusaciones de piratería o plagio, y
exigirte una rectificación pública?
(J.C.F.): Existe un cordón umbilical entre mis canas y
lo que afirmo; por lo demás, hasta ahora no he acudido a medirme la vista. De
modo que lo que denuncio tiene sustento. Hay muchos que son testigos de lo que
ocurre, pero se hacen los suecos, dizque no quieren meterse en líos, o
pretenden llevarse bien con Dios y con el Diablo. Son los que la Biblia llama
“tibios”, y a los que Dios amenaza con vomitarlos de su boca. Y aún tengo mucho
por decir; porque, al igual que la Chimoltrufia, cuando digo una cosa, digo
otra.
(E.T.): Según he leído en este mismo prefacio, gente
vinculada a la Literatura estaría subordinada a lo que llamas “una gavilla de
escribidores inescrupulosos”. Precisas que dichos individuos lucran gracias a la ignorancia del pueblo y de
las autoridades, levantando su nombre pese a la escasa calidad de sus escritos.
¿No crees que tu apreciación sea ligera o carente de sustento, teniendo en
cuenta que sí son leídos y, por tanto, calan en el gusto literario de los
lectores de nuestra región?
(J.C.F.): Hay muchos factores por los cuales alguien
puede ser leído, y no necesariamente por su calidad literaria. Hay libros que
son impuestos verticalmente en el Plan Lector, ya sea por “sugerencia” de las
editoriales o porque tal autor tiene influencias en algún colegio y hace un
“arreglo”. Incluso, han aparecido, como por arte de magia, “escritores” a
granel; me refiero a ciertos profesores que, sabiendo que los colegios son un
mercado de puertas anchas cuando se tiene relaciones, se han dedicado a
escribir, publicar y, por supuesto, vender, aunque lo que ofrecen debería tener
uno de estos dos destinos justos: si la edición es en papel de 90 gramos, que
sirva de envoltorio para pescado; y si es en el de 60 gramos, que sirva de
papel higiénico.
(E.T.): Entonces, ¿a los profesionales de la pedagogía
les está vetado escribir un libro, porque esto sólo sería derecho de los
escritores de la Región, a pesar de su mediocridad y comulgar con la gavilla de
escribidores que vienes denunciando, y aun cuando los profesores, por la suerte
de trabajar con alumnos, conozcan lo que estos necesitan?
(J.C.F.): No digo que les esté vetado. De hecho, no
lo están, porque no sólo escriben, sino que publican y venden. El problema
radica en lo que escriben, y que termina en las manos de los alumnos sin ningún
filtro.
Yo
diría que en la mayoría de los casos los profesores no conocen lo que los alumnos
necesitan específicamente. De modo general, los profesores saben que los
alumnos necesitan Literatura, pero el asunto es que muchas veces no saben
distinguir entre Literatura y subliteratura. Hace un par de años, si mal no
recuerdo, el colegio Montessori invitó a Jaime Bayly: una verdadera aberración,
no lo digo por sus deslices sexuales, sino por la chatura de sus escritos.
Contados
son los casos en que el profesor es, además, escritor; digo escritor, no
escribidor; esto sí que es muy ventajoso para un colegio.
Conocer
de Literatura no es nombrar autores; tampoco es el hecho de reconocer títulos
con los que se nos bombardea por los medios de los que disponen las editoriales.
El profesor debe tener fundamentos sólidos sobre teoría literaria y debe
conocer la obra de los referentes de la Literatura que estuvo y está a la
vanguardia. Hay quienes nunca han leído a Harold Bloom o René Wellek y Austin
Warren, y menos a Julia Kristeva, dentro de los teóricos. Y en cuanto a
autores, no tienen la más remota idea acerca de las obras de Wole Soyinka,
Derek Walcott o Mo Yan; o de Antonin Artaud, Olga Orozco o Georg Trakl. Yo
sospecho que, incluso, habrá alguien que piense que Tranströmer es una versión
de “Los Transformers”.
(E.T.): ¿Por qué razones esta gavilla de escribidores presenta como escritores a
quienes no poseen ni un mínimo de talento para la Literatura?
(J.C.F.): Porque de este modo pueden contar con un
cuadrilla de lameculos cuyos lomos fungen de estrado para ellos. Promocionar
sostenidamente a escritores con talento sería un harakiri para esta gavilla.
(E.T.): El artista es consecuencia de su espacio y de su
época, decía Mariátegui. ¿No crees que dichos
escribidores sean consecuencia del espacio y época que le has tocado
vivir, es decir, de un país decadente en el que no se diferencia la verdad de
la mentira, ni lo moral de lo inmoral, situación de la que no escapan ni
las más altas esferas del Estado?
(J.C.F.): Existe el fenómeno del mimetismo. Vivimos en
una sociedad en la que el sistema de vigencias lo imponen los paradigmas, lo
cual no es negativo; lo nocivo radica en que nuestra sociedad posee paradigmas
errados, por no ser tan lapidario en mi expresión. En todo estrado de la
pirámide social hay corrupción. Los referentes más inmediatos -por tenerlos hasta en la sopa en las
noticias y porque la gente espera de ellos un rumbo favorable para el
país- son quienes pertenecen a la clase
política gobernante, cuyos miembros, en su gran mayoría, dejan mucho que
desear. Esta gente sí distinguen la verdad de la mentira y lo moral de lo
inmoral; lo que ocurre es que ellos se inclinan por la mentira y por lo
inmoral. Por supuesto que nunca lo reconocen.
Asistimos
a una sociedad donde los que han escogido el camino ancho inventan coartadas
para justificar sus acciones. Si pretendes investigar a los políticos
corruptos, ellos dicen que se trata de “cacería de brujas” o persecución
política; a los gays hay que proporcionarles todo aquello que les permita hacer
de la sociedad un burdel público, porque de lo contrario te tildan de homofóbico;
todo lo que dice Cipriani debe asumirse como que posee aroma sagrado, porque
nadie debe decir nada contra la Iglesia, por más que para este fariseo los derechos
humanos sean una “cojudez”; y un largo e indignante etcétera.
El
escritor debe tomar posesión frente a esto. Lejos de ser absorbido por estos
cánceres sociales, el escritor, el que se asume intelectual, debe mantener una
posición refractaria, combatiendo desde cualquier trinchera todas esas plagas
que hunden a la sociedad en la miseria humana.
No
hay excusas: Lot vivió en medio de Sodoma y Gomorra. Preservar la integridad en
un mundo cada vez más envilecido es un asunto de conciencia y, también, una
hazaña.
(E.T.): Para concluir poeta ¿Qué recomendaciones
brindarías a los jóvenes escritores de la Región para que mejoren su trabajo
artístico?
(J.C.F.): Todo es un proceso. Aunque no creo que haya
fórmulas determinantes para “mejorar”, es necesario leer. Y leer Literatura, no
subliteratura. Hay quienes creen que con sus escritos están descubriendo la
pólvora. Peor aún: hay quienes creen que el mundo es Piura y asumen que la
Literatura es sólo la que se produce en Piura.
Lo
que, a mi juicio, es imprescindible para crecer en nuestra obra es preservar
nuestra capacidad de percepción del mundo y de las cosas. Tagore decía: Cuando
mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando. El corazón habla lo
que el alma ve. Las acciones inmorales van menguando esa capacidad del alma,
empañan su visión, la van encegueciendo, atrofian su función perceptiva. Y en
la medida que deja de ver, deja de sentir. Por algo la gente dice “Ojos que no
ven, corazón que no siente”. Y por eso mismo es que los inmorales, los
delincuentes, se vuelven insensibles. Y una persona sin sensibilidad ha muerto
para el Arte.
Respetuoso,
por el apuro del bardo, oprimí stop a la grabación dando por terminada la
conversación y con un apretón de manos me despedí agradeciéndole por la
deferencia. Seguidamente me alejé tranquilo por la misión cumplida, pero con el
sinsabor de que muchas preguntas quedaron por hacer… Sin embargo, el debate
está abierto.
Yesie Carrasco es la
Srta. Sullana 2012
El
pasado viernes 26, se realizó la elección señorita Sullana 2012 ante cientos de
espectadores que colmaron las instalaciones del centro cultural “Reynaldo Moya
Espinosa”. El exigente jurado, conformado por el cirujano plástico Manuel
Arellano, la empresaria Mary Tassara de Zevallos, el periodista ecuatoriano
José Luis Ojeda del Instituto Bolivariano de Loja y Oscar Trelles, eligió a
Yesie Carrasco-Roa Delgado, como “Miss Sullana 2012”; a Ysabela Mirella Salgado
Camminatti como “Miss turismo” y Antonella Castillo Lorenzetti como “Miss feria
agropecuaria”.
No respetan límites
de ampliación
Las
calles Junín, Dos de Mayo, Tarapacá, Lima, Callao, Piura, Tacna están
consideradas en el plano regulador urbano para ser ampliadas. Sin embargo, como
observamos en esta foto, en la cuadra 3 de la “Dos de Mayo” se está
construyendo fuera del alineamiento de acuerdo a la norma. Igual ha sucedido en
la calle Junín, frente al “cajero” del banco de la Nación donde el propietario
do “robado” más de un metro a la pista, una zona de muy denso tránsito
vehicular.
Esperamos
una aclaración del Ing. Nieto, gerente de obras, así como de don Teodoro Uriol
de la comisión de desarrollo urbano y de Carlos Campos de la comisión de
asuntos legales.
Se
dice que hay un triángulo familiar entre el presidente regional, el propietario
del inmueble y el alcalde de Sullana.
¿Nuestras
autoridades sólo gobiernan pensando en su entorno familiar y amiguismo?. Todo
indica que así es.
EDITORIAL
Gobernado para las
mayorías…
En
los sucesos de La Parada lo que estaba en juego era la confrontación de la
legalidad y la ilegalidad. La honestidad contra la corrupción.
Se
tenía que batallar por recuperar el principio de autoridad y ha sido una mujer
con su equipo de regidores que lo ha conseguido.
Mientras
unas ratas políticas saltaban de gozo por haber conseguido que la RENIEC valide
unas 300 firmas más que les faltaban para tentar la revocatoria de Susana
Villarán, efectivos de la policía en total desventaja trataban de poner orden
en La Parada, poniendo en juego su vida ante una horda de delincuentes
alquilados para evitar el desalojo.
Susana
ha marcado un hito histórico con los hechos de La Parada. Autoridades y
políticos de las diferentes bancadas, menos las ratas a las que nos referimos
antes, han reconocido que se ha
recuperado el principio de autoridad, lo que significa un verdadero precedente.
Las
reformas emprendidas en Lima, como el ordenamiento del transporte pensando en
el interés público, sin duda ha despertado odios lacerantes, toda vez que
afecta intereses económicos de algunos grupos de poder ligados al transporte.
Acá en Sullana todos sabemos quiénes son esos buitres del transporte, que ha
infectado a algunos que ejercen poder público.
Lo
de la Parada, no es otra cosa que reubicar a cientos de comerciantes a un lugar
adecuado tanto para ellos como para el pueblo que acude en busca de sus
alimentos. Mientras que La Parada ocupaba un espacio de 3 hectáreas, totalmente
tugurizado y plagado de delincuencia, en “Santa Anita” el espacio es de 60
hectáreas, que reúne las normas requeridas para el buen desempeños de este tipo
de actividades.
El
terminal de Santa Anita se construyó mucho antes de la gestión de Susana
Villarán, pero sus antecesores se negaban a realizar el desalojo, no porque no
pudieran realizarlo, sino porque respondían a intereses políticos y económicos.
Al parecer se intentó ceder Santa Anita a los emporios comerciales para que en
este lugar desarrollen sus actividades económicas.
Indudablemente
que el ambiente en que ha venido funcionando La Parada es similar a lo que
sucede en Sullana con el llamado “mercadillo” que es un verdadero problema que
las diferentes administraciones se han negado enfrentar. Sullana no escapa a este viejo problema y la
única forma de afrontarlo es convocando a todas las instituciones y sectores
organizados de la provincia inmiscuidos en esta problemática y conjuntamente
desarrollar un proyecto, a mediano y largo plazo, que sea respetado y ejecutado
por la administración de turno.
Por
otro lado la oposición que se realiza en cualquier parte del país es mas bien
muy rastrera y perniciosa. Lejos de contribuir al desarrollo de la comunidad,
quedan heridos de la estupidez que adquieren por haber perdido las elecciones y
se dedican a confabular contra el orden establecido durante los 4 años que dura
el gobierno de turno, sea local o nacional, sin aportar nada, mas bien,
boicoteando los avances que se consiguen.
Lo
cierto es que Susana Villarán ha hecho prevalecer el principio de autoridad y
ha demostrado que su gestión está al servicio de las grandes mayorías, para
quienes está comprometido su gobierno municipal.
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