Ha sido desclasificada en Londres información relevante, hasta
ahora secreta, de la cooperación nuclear entre el Reino Unido y Chile, durante
el régimen del general Augusto Pinochet. Si asociamos lo anterior con las
recientes revelaciones sobre la posesión de gas sarin, más las masivas compras
de armamento convencional gracias a la ley del cobre, por sumas que no
registran precedentes dentro de nuestra región, podemos colegir que Chile no
sólo es el país mejor armado de Sudamérica, sino que desde mucho tiempo atrás
(más de 30 años) viene articulando un esquema estratégico de carácter
ofensivo que viola todos los tratados que prohíben la tenencia y el
uso de armas de destrucción masiva, así como el tratado de Tlatelolco que
prohíbe la fabricación y el uso de armas nucleares en América Latina.
Se trata, pues, de una flagrante política, sostenida en el tiempo a
través de gobiernos dictatoriales y democráticos en Chile, que no tiene
justificación alguna y que coloca a este país en una posición de agresividad
bélica que va a contrapelo de los tiempos que vivimos y que contradice todos
los esfuerzos de integración y unidad promovidos en nuestra región.
Es a todas luces perentorio que hechos de esta naturaleza, que sin
duda atentan y vulneran los elementos centrales de nuestra seguridad e
integridad nacional, así como la de otros países hermanos, sean difundidos
por todos los medios posibles ante la opinión pública internacional, así como investigados y
denunciados ante las instancias competentes de la organización de las Naciones
Unidas y de los organismos regionales.
Papeles
secretos Chile-Reino Unido:
Eso sí, no había sido una decisión fácil. De hecho,
habían demorado un año en ponerse de acuerdo. Por un lado estaban los intereses
económicos y un acuerdo de cooperación previo. Por el otro, lo sensible del
tema, dados los cuestionamientos internacionales al gobierno de facto chileno.
El debate quedó registrado en el archivo
confidencial ahora desclasificado "Cooperación nuclear entre Chile y
Reino Unido", al cual BBC mundo tuvo acceso.
Una
visita peculiar
La discusión comenzó en enero del mismo año, cuando a la cancillería
británica le pidieron autorización para un peculiar envío a Chile: el Centro de
Investigación de Armas Atómicas (AWRE) quería saber si tenían luz verde para
apoyar la decisión de la nación sudamericana de incrementar su potencial
nuclear.
"Los chilenos han expresado interés en
aumentar la capacidad de su reactor tipo 'Herald', el
cual fue diseñado por Fairey Engineering Limited y entregado a principios de
los años 70", se lee en la transcripción de una conversación entre
funcionarios de los dos departamentos.
Para ello, necesitaban la visita de uno de sus científicos: Derek Hindley, "La
única persona con la experiencia necesaria para realizar un estudio preliminar
sobre el aumento de capacidad".
"El efecto de este aumento de capacidad
hará que el reactor tome un 20% en vez de un 8% de uranio enriquecido", dice
la comunicación firmada por I. Knight Smith, de la oficina para Sudamérica de
la cancillería.
Y tras un acuerdo de cooperación nuclear no bélica entre reino unido y
chile, el primer país proveería al segundo de combustible nuclear. Hasta ahí,
nada extraño. Excepto que Chile vivía bajo un gobierno de facto.
Un
reactor sin democracia
Técnicamente, el reactor llegó a Chile a
principios del gobierno de Augusto Pinochet y su primera reacción nuclear se
registró a las 8:27 am del 13 de octubre de 1974, según datos del centro de
estudios nucleares. Es decir, casi un año después del golpe de estado del 11 de
septiembre de 1973.
La adquisición había sido el resultado de un
acuerdo de cooperación nuclear no bélico realizado en 1969, durante el primer
gobierno laborista de Harold Wilson en Reino Unido y el de Eduardo Frei
Montalva en Chile.
Pero entre el acuerdo y la llegada del reactor, el panorama político chileno
había cambiado.
Aun así, en mayo de 1975, durante el segundo gobierno de Wilson, Hindley "habría
aparentemente asesorado a los chilenos" en una visita secreta,
según consta en los documentos.
Casi una década después y luego del revuelo
internacional por las denuncias de violaciones de derechos humanos del gobierno
de Augusto Pinochet, un vínculo de cooperación nuclear entre ambos países a
través de un enviado experto en armas atómicas era un tema delicado para la
imagen del gobierno británico.
“La visita a Chile de un miembro de la AWRE,
de hacerse pública, podría ser vergonzosa y difícil de defender por los ministros
en el parlamento, a pesar de que la última visita de Hindley se realizó después
del golpe de estado, en la época del gobierno laborista",
asegura el documento.
En consecuencia, la decisión inicial era no enviar al experto. Por el
momento.
"Nuestra posición sobre la visita de Hindley
deberá ser consistente con nuestra decisión sobre la propuesta para proveer
combustible nuclear a Chile, la cual es parte del mismo proyecto", se
lee en el memo.
Vender
o no vender, he ahí el dilema
Durante los meses siguientes Reino Unido tuvo
preocupaciones más importantes que el suministro de material nuclear a Chile.
Febrero y marzo fueron clave en la creciente tensión con argentina por las
islas Falklands/Malvinas, la cual derivó en la invasión argentina el 2 de abril.
El reactor nuclear chileno se inauguró un año
después del golpe de estado liderado por Pinochet.
Sin embargo, el tema no decayó. Durante esos
dos meses circuló entre los departamentos afectados primero un borrador, y
luego un documento restringido, que recomendaba permitir la provisión del
combustible nuclear, así como la visita de expertos.
"Sería recomendable que desde el punto de
vista de la presentación, cualquier experto enviado a chile debe llevar claras
credenciales de 'uso pacífico'",
especificaban estos documentos.
Sobre el primer borrador, Knight Smith dejó
registro manuscrito de la importancia de destacar dos puntos: "que
(a) el rechazo sería una infracción contra el tratado de 1969 y (b) no hay
alternativa al envío de un hombre de la AWRE para hacer el estudio
preliminar".
"En resumen, a pesar de que esta materia
puede causar preguntas para ser contestadas en el parlamento, el rechazo a la
provisión (de material nuclear) no podría ser justificado por razones de 'no
proliferación' y sería una infracción contra el acuerdo de 1969",
concluye el documento.
Finalmente, el tema se resolvió a favor de la venta.
"Tras el acuerdo ministerial de la presentación
del señor Kenyon el 16 de marzo, intercambiamos correspondencia con los
chilenos el 23/24 (…) para esta venta de uranio enriquecido. El uranio está
listo para ser suministrado el próximo año",
aclara el memo confidencial de diciembre de 1982.
Y aunque la visita de expertos se aprobó en los términos que se especifican
anteriormente, los detalles de la visita de Hindley quedarán inmersos en el
misterio histórico.
Miraflores, 11 de noviembre del 2013
Oficina relaciones públicas
Asociación de oficiales generales y almirantes
del Perú
(ADOGEN Perú)
(E-mail enviado por el diplomático
peruano en Italia Rodomiro Hernández Ortiz, 11 de noviembre del 2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario