Los diferentes
síntomas pueden aparecer en los 21
días posteriores al contacto con una persona infectada,
aunque en la mayoría de los casos el virus comienza a dar la cara entre el segundo y octavo día,
y variando dependiendo del paciente y de la fase en la que se encuentre,
distinguiendo principalmente en tres fases o procesos.
1.- La fiebre
La fiebre es el síntoma más evidente, sobre todo por
la elevada temperatura corporal que alcanza el cuerpo cuando está incubando el
virus. De hecho, otra de las formas para referirse al virus es 'Fiebre
hemorrágica por ébola'. Suele encontrarse en la primera fase de incubación.
Para
diferenciar este síntoma y considerarlo de alto riesgo de contagio el
termómetro debe superar
los 38,6 grados centígrados, una temperatura demasiado elevada
para tratarse de un simple catarro y que activa todos los protocolos de
actuación en los centros hospitalarios para descartar otro tipo de enfermedad
como el paludismo, el cólera, la peste o otro tipo de fiebres hemorrágicas
víricas.
Además, la alta
fiebre llega de manera
repentina. En unas horas puede pasar de una temperatura normal,
alrededor de 36º, a una temperatura de alerta.
2.- Dolor de
cabeza
A diferencia de
la tos y el exceso de mocos que no está directamente relacionado con el ébola,
el dolor de cabeza sí es un síntoma presente en los pacientes contagiados por
el virus.
En concreto,
los dolores se encuentran en la primera fase de incubación y no deben estar
necesariamente presentes en todas las personas que padecen la enfermedad.
El dolor puede
ser palpitante o persistente y puede confundirse con el soportado por las
personas que sufren migrañas.
3.- Molestias
musculares
Al igual que
ocurre con un proceso gripal común, la alta fiebre provoca que la sensibilidad
de los músculos se acentúe y produce fuertes dolores en las articulaciones,
sobre todo cuando el cuerpo disminuye su actividad.
Este síntoma se
enmarca de la misma forma en la primera fase de la incubación y está
relacionado directamente con el principal síntoma de riesgo, la fiebre
4.- Dolor de
garganta
Otro de los
síntomas presentes durante la primera fase de incubación es el fuerte dolor de
garganta. En la mayoría de los casos se debe a una inflamación de las amígdalas
por la presencia del virus.
Al igual que
ocurre cuando se trata de un proceso vírico común, como es la presencia de
agentes infecciosos en las vías respiratorias, el dolor de garganta provoca
picor en la zona y molestias al tragar la saliva.
5.- Debilidad
generalizada
Este síntoma se
encuentra durante la primera fase de incubación y está relacionada directamente
con la alta fiebre presente durante el contagio por ébola.
Por norma
general, el paciente siente como le cuesta levantarse de la cama, subir las
escaleras o hacer cualquier actividad deportiva. En este caso, la fatiga
aparece durante los primeros minutos de la práctica.
Suele ser un síntoma
que afecta a todo el cuerpo, aunque en algunos casos puede aparecer solo, por
ejemplo, en las piernas o los brazos.
6.- Dolores
estomacales
Se trata de
otro de los síntomas más característicos de la presencia del virus del ébola en
el cuerpo.
Los fuertes
dolores en la zona abdominal y estomacal están acompañados de diarrea, vómitos
y sensación de pesadez.
Está
considerado como uno de los síntomas que se encuentran ya en la segunda fase de
incubación, ya que el resto de puntos suelen aparecer con anterioridad.
7.- Erupciones
cutáneas
Se trata de un
síntoma enmarcado en la fase dos en la que observa que algunas zonas del cuerpo
se inflama la piel.
Como en las
erupciones tópicas como la dermatitis, se produce una especie de eccema, con
mayor sequedad que el resto o incluso descamación y con un tono rojizo.
8.-
Enrojecimiento de los ojos
La irritación
de los ojos es otro de los síntomas relacionados con el virus del ébola.
Comúnmente conocido como 'ojos rojos', se produce porque los vasos oculares se
inyectan en sangre al inflamarse la porción blanca.
Está enmarcado
dentro de la fase dos y suele estar presente en los pacientes que han incubado
el ébola, pero no es de los más significativos. La sensación es similar a la
experimentada en casos de alergia: picor y dificultad en la visión.
9.-
Insuficiencia renal
El buen
funcionamiento de los riñones hace que el cuerpo expulse el exceso de líquidos
y deshechos del cuerpo humano, pero la presencia del virus del ébola provoca
que, alguno de los casos, el proceso se ralentice y no se elimine la cantidad
adecuada.
Se entiende
como un síntoma de la segunda fase, ya que no suele aparecer durante los
primeros días de incubación.
El religioso
Manuel García Viejo, fallecido en el hospital Carlos III, tenía muy afectados
los riñones y el hígado, lo que complicó aún más su grave estado de salud.
10.-
Hemorragias
Se trata de uno
de los síntomas que suele aparecer en la fase más avanzada del virus del ébola.
Por norma general, las hemorragias se producen porque el virus debilita las
paredes de los vasos sanguíneos y estos terminan rompiéndose en uno o varios
tramos.
Según los
expertos en epidemiología, tan solo el 20% de los contagiados sufren este tipo
hemorragias, ya sea internas o externas. En este último caso, la cicatrización
de las heridas es más complicada porque el virus también afecta a la
coagulación de la sangre.
El ébola está
en Europa
El ébola está en Europa
y el primer caso por
contagio fuera de África se ha registrado en España,
donde a medida que pasan las horas se habla ya de otros tres supuestos
contagios que están en cuarentena a la espera de que se confirme si tienen la
enfermedad o no. Todas las alarmas están activadas, en medio de un mar de
críticas la gestión del Gobierno y la falta de seguridad en los protocolos a
seguir.
Y es que el
ébola aún no tiene cura conocida, aunque sí hay ya algunos fármacos
experimentales, y tiene muchas posibilidades de contagio. Fiebre, diarrea y vómitos
son algunos de sus síntomas, pero todavía queda mucho para conocer bien la
enfermedad.
En
ausencia de tratamiento efectivo probado, el suero de la hermana Paciencia es
una "opción" válida
El
vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y
Microbiología Clínica (SEIMC), Rafael Cantón Moreno, ha señalado que, "en
ausencia de tratamientos efectivos probados", el uso del suero de la
hermana Paciencia es una "opción" válida para tratar a la auxiliar de
enfermería infectada de ébola ingresada en el Hospital Carlos III- La Paz de
Madrid.
"La
sueroterapia -técnica utilizada desde antiguo antes de la aparición de las
vacunas- tienen una efectividad determinada, y es una opción válida en ausencia
de otras opciones inmediatas", ha explicado a Europa Press, no sin aclarar
que en estos momentos se trabaja "de forma empírica" puesto que no
existen evidencias de la efectividad real de ninguno de los tratamientos en
desarrollo.
Los riesgos de
su administración son bajos siempre que no haya incompatibilidad o efectos
secundarios por alergias, "pero esto también se puede minimizar observando
la compatibilidad entre el receptor y el donante".
El objetivo es
que "el suero actúe aportando las defensas que no ha dado tiempo a que el
organismo cree", lo que supone algo más que un tratamiento paliativo, se
podría esperar que "proteja" al organismo tal y como lo haría una
vacuna, al no haber defensas en el organismo contagiado por ébola.
"Una
vacuna despierta el sistema inmunológico de respuesta del individuo frente al
agente infeccioso y lo que se hace aquí es poner directamente la respuesta
frente a ese agente infeccioso específico", ha explicado.
En cuanto a
cómo y durante cuánto tiempo se producirá la administración del suero explica
que, como "no hay experiencia", es complicado sacar conclusiones, más
sin conocer exactamente el estado de la paciente, aunque "la
administración debería ser en función de su respuesta clínica".
Por otro lado,
ante la posibilidad de que en próximos días se trabaje con algún agente
antivírico en experimentación, como podría ser el favipiravir, según el
especialista es otra opción terapéutica que podría utilizarse teniendo en
cuenta que se tiene la "ventaja" de que con este fármaco existe una
experimentación positiva en un modelo animal.
Hay que
analizar el protocolo
El experto ha
señalado que, teniendo en cuenta que la auxiliar de enfermería solo ha tenido
dos veces contacto con el misionero García Viejo, "hay que estudiar qué
pasó estas dos veces". Entiende que es pronto para hacer conjeturas,
aunque admite que "uno de los punto críticos" del protocolo de
seguridad es la retirada del traje de protección, "ya que hay que extremar
las precauciones".
"Lo
importante es analizar la situación, qué ha podido ocurrir con los protocolos
internacionales que está validados, hay que ver qué problema ha podido haber un
análisis epidemiológico ante potenciales casos sospechosos", para así ver
"si hay que implementar los protocolos usados hasta ahora".
En su opinión,
en estos momentos lo más oportuno sería hacer "una evaluación de los
riesgos", para ver qué tipo de contactos se han producido y que se puede
hacer para evitar que se produzcan más contagios secundarios.
En cualquier
caso, el doctor Cantón Moreno ha recordado que el contagio por ébola no es
igual al contagio de la gripe, ya que "no existe trasmisión por
aire". Para que se produzca, ha recordado, tiene que haber un contacto
directo con la sangre del paciente de "manera íntima", y, por tanto,
"por compartir un mismo espacio no debería haber una trasmisión".
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